Un nuevo modelo de gobierno local para Lima Metropolitana

22/10/2019

Por Saúl Barrera

Hace unos días atrás, Fernando Cilloniz, en su calidad de Presidente de la Comisión Consultiva para el Plan Metropolitano de Lima 2021-2040, señaló la necesidad de fusionar los distritos de Lima Metropolitana hasta crear cuatro grandes distritos, a fin de lograr economías de escala y mejorar la prestación de los servicios públicos locales, así como la propia gestión de la ciudad. Recientemente, el actual alcalde de Miraflores, Luis Molina, también ha brindado declaraciones en la misma orientación, a partir de la experiencia que pudo observar de la ciudad de Bogotá. En su caso, Molina plantea cambiar la forma de gobierno de la ciudad. Propone que exista un alcalde mayor de Lima, elegido por los ciudadanos, y se nombre juntas de administración local en cada distrito.

Resulta saludable, desde mi punto de vista, que se comience a plantear la discusión de este problema que es el diseño de la estructura del gobierno local para Lima Metropolitana. Es un tema al cual se le ha prestado poca importancia. Para el año 2007 el presupuesto de la Municipalidad de Lima y de todas las municipalidades distritales de lima metropolitana ascendía a S/. 2,780 Mill. Para el 2012 se incrementó a S/. 4,775 Mill. Y, el 2018 fue de S/. 7,508 Mill. La pregunta es: ¿La prestación de los servicios públicos locales han mejorado en la ciudad con ese mayor presupuesto? ¿Lima ha evidenciado un mayor crecimiento y desarrollo?

La fragmentación territorial de las competencias municipales, a través de una mayor descentralización de las funciones locales, no ha sido una solución. En realidad, no lo ha sido en ninguna ciudad del mundo de características metropolitanas. Y a pesar de ello, se sigue insistiendo en dicho camino. Hace pocos meses atrás, hemos visto como algunos congresistas formularon la propuesta de crear la provincia de San Juan de Lurigancho, que estaría integrado de seis nuevos distritos. Recientemente también, siguiendo el mal ejemplo, en el Callo se propone la creación de la provincia de Ventanilla, con cuatro nuevos distritos.

Es hora que se discuta, de manera técnica y lejos de propuestas populistas, un nuevo diseño para el gobierno y la gestión de la ciudad. Dejemos de atomizar el territorio, de fragmentar a su mínima expresión los presupuestos locales, de manera tal que solo exista recursos para financiar los sueldos de las autoridades, funcionarios y empleados locales; descuidando la inversión en las obras públicas locales y el adecuado financiamiento de los servicios públicos locales.

Ahora, cambiar esta realidad no será nada sencillo, habrá resistencias pues el actual sistema favorece a muchos intereses y crea privilegios que no se desearán perder. Y también hay que decirlo: esta idea no sólo no será del agrado de muchos actores distritales, tampoco lo será para varios actores del gobierno nacional, que nunca han mostrado inconvenientes para descentralizar funciones al interior del país, pero para el caso de Lima Metropolitana más bien han ido en dirección contraria. Al parecer, no ven con buenos ojos contar con un fuerte gobierno metropolitano en la ciudad.

Por ello, la discusión de una nueva propuesta debe ser abierta y totalmente transparente. Se podrían plantear varias alternativas, caminos intermedios, como fortalecer las mancomunidades municipales que ya existen en lima metropolitana, que dejen de ser alianzas formales y protocolares para que pasen a ser instancias de prestación efectiva de servicios públicos locales: ¿Por qué no es posible prestar la misma calidad de servicio de limpieza pública en toda lima metropolitana?

Fortalecer el gobierno metropolitano de Lima es lograr también que exista una distribución equitativa de los ingresos que genera el bien más valioso de la ciudad: su suelo urbano. El diseño del actual sistema, lejos de aminorar las diferencias, alienta y refuerza una desigual distribución de los ingresos tributarios locales.

La fragmentación y atomización de las competencias municipales en Lima Metropolitana nos afecta más allá de lo que se pueda imaginar.

Hace falta pues poner el tema en la agenda pública. Y hacen bien Cilloniz y Molina en plantearlo. Resultaría conveniente que en las elecciones congresales del 2020 y en las del 2021, quienes se presenten como candidatos para representar a Lima Metropolitana en el Congreso, aborden la discusión de cómo hacer para adoptar un sistema de gobierno local que sea más eficiente y más eficaz para nuestra ciudad. Hay que dejar de mirar de lado este grave problema, por el bien de nuestra ciudad.

“Para el año 2007 el presupuesto de la Municipalidad de Lima y de todas las municipalidades distritales de lima metropolitana ascendía a S/. 2,780 Mill. Para el 2012 se incrementó a S/. 4,775 Mill. Y, el 2018 fue de S/. 7,508 Mill. La pregunta es: ¿La prestación de los servicios públicos locales han mejorado en la ciudad con ese mayor presupuesto? ¿Lima ha evidenciado un mayor crecimiento y desarrollo?”