Peligrosa distorsión de la realidad

12/11/2020

Por Edgard Ortiz

Juramentó el gabinete Flores-Aráoz. Un hito más en una serie de decisiones políticas que son una provocación a la ciudadanía. Para algunos la presidencia de Merino puede ser legal, pero para la mayoría, será ilegítima. Y la legitimidad es el sustento de todo gobierno.

Entonces, este régimen se sustenta únicamente en el formalismo. Eso la calle no lo tolerará. Representa todo lo que la mayoría ha rechazado. Por ello, el contexto es peligroso. Porque hoy ejerce el poder un grupo sin legitimidad. Pero, antes de escribir de esto, es importante entender cómo llegamos aquí, pues se dieron varios elementos clave para prever el futuro:

1. La neutralidad de fuerzas armadas y la PNP.

La decisión del congreso se fundamentó en una interpretación impropia de la Constitución Política. Sin embargo, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no son deliberantes y están subordinadas al poder constitucional (artículo 169 de la Constitución). A diferencia del cierre del Congreso, no pudieron apoyar al presidente Vizcarra, pues la decisión del Congreso es formalmente legal.

2. Alianza frustrada con el estatus quo político

El presidente Vizcarra accedió al poder en coordinación con las fuerzas políticas tradicionales que forzaron la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Y, desde la divulgación del caso los Cuellos Blancos, aquel se sintió liberado de su pacto para ascender, traicionando a sus aliados. Desde ese momento su único pilar político fue el apoyo popular. Sin embargo, el estatus quo no olvida la traición política.

3. Alegaciones de corrupción

Se vislumbran acusaciones fiscales robustas por corrupción contra el presidente Vizcarra. Éste era consciente que el 29 de julio de 2021 enfrentaría la justicia, muy probablemente con órdenes de impedimento de salida del país o incluso prisión preventiva. Vizcarra ha evaluado que una salida como acatar la vacancia le permite ganar apoyo popular para su defensa. No es gratuito que hiciera referencia a los casos de 68 congresistas con investigaciones en su defensa ante el pleno. Fue una invitación a la vacancia.

4. Error político de contrapeso al Legislativo

El presidente Vizcarra no tuvo una bancada parlamentaria por decisión propia. Pensó que el apoyo popular sería suficiente para llegar al 2021. Como Kuczynski, no midió adecuadamente el riesgo del estatus quo político. Este Congreso es fruto del anterior. Y, a su modo, es peor.

5. Intereses políticos alineados en el Congreso

Las bancadas apoyaron la vacancia por diversas razones que terminaron alineándose en la votación:

(i) Acción Popular: Representado por el presidente del congreso que fue llevado por Víctor Andrés García Belaunde. Un representante del estatus quo tocado por Vizcarra.

(ii) Alianza para el Progreso: Bancada liderada por congresistas como Chehade y Omonte. Su apoyo se justifica en el miedo a repetir la exclusión en el proceso electoral (2016) con un presidente Vizcarra apoyando otras opciones (para su defensa). Pesan la presión familiar por casos de corrupción y el futuro licenciamiento de las universidades que son el sustento económico del partido.

(iii) Podemos: Bancada que busca blindar a José Luna padre e hijo ante denuncias por caso “Los Gánsters de la política”. Asimismo, pesan intereses en universidades (Telesup) y casos contra otros miembros relevantes de la bancada.

(iv) Somos Perú: Bancada con integrantes que necesitan apoyo del poder ejecutivo para impulsar reformas antitécnicas (transporte) y para defensa frente a denuncia de sus congresistas.

(v) UPP: Bancada que sigue pautas de Antauro Humala. A este conviene un gobierno en crisis para promover su indulto y un escenario de caos para opciones al 2021.

(vi) Fuerza Popular: Interés en designación de miembros del TC para casos judiciales de los Fujimori.

(vii) FREPAP: Bancada religiosa que fortalece su retórica anticorrupción y para la cual es irrelevante cualquier crítica que pudiere venir del centro urbano/progresista por la vacancia.

(viii) Frente Amplio: Bancada que requiere de discurso anticorrupción que se distinga de discurso de izquierda más progresista y de Verónika Mendoza. Ya antes había acusado a estos de apoyar a Kuczynski.

Todos estos intereses se unieron en el momento preciso y forjaron el escenario perfecto para que un grupo de políticos se aventurara con el absurdo de la vacancia. Una decisión contraria a lo que la mayoría de peruanos exigía.

Hambre y necesidad

Y la historia continúo, porque si la toma de la presidencia no fue suficiente provocación, se designó a Antero Flores-Aráoz como Presidente del Consejo de Ministros y con éste, se optó por un gabinete de clara orientación conservadora y sin ninguna ascendencia popular. ¿Cómo llegamos a esto?

La precariedad de la presidencia de Merino generó un inmediato vacío de poder. Entonces se encontró el hambre con la necesidad. Porque la necesidad de formar gobierno fue la oportunidad perfecta para que un grupo de políticos marginados y con hambre, regresen bajo el manto de la tecnocracia. Tienen especial interés en acceder al poder inmediatamente porque no tienen oportunidades en elecciones generales. Es una cruzada económica y religiosa. Apuntan al 2021. Y el camino es peligroso.

En psicología social el fenómeno de pensamiento de grupo es ampliamente conocido. Con este se acentúa la posición dominante que cumple varios fines. Se reafirma la relevancia personal, se reafirman los valores de grupo, se irradia una falsa sensación de invulnerabilidad, se mitigan disonancias cognitivas, se ejerce presión a los disidentes, se autocensura y se estereotipa a los externos al grupo. El pensamiento de grupo es peligroso. Puede derivar en la toma de decisiones irracionales. Y eso puede pasar hoy. El nuevo gabinete de Merino, que es fruto de intereses específicos, ha devenido en un grupo de poder con un peligroso pensamiento que puede distorsionar la realidad.

El nuevo gabinete responde a una ideología y a una característica de grupo. Y por ello empujaran su agenda económica-religiosa. Entonces, si el congreso y el nuevo gobierno insisten en designar miembros del Tribunal Constitucional, modificar el régimen político (bicameralidad y reelección), someter a la SUNEDU, establecer una política económica dura, “terruquear” las protestas, afectar libertades ideológicas y religiosas, lograrán articular la masa que, por ahora, es inorgánica.

Con su incapacidad de formar un gabinete inclusivo, el gobierno ha sentenciado su viabilidad. Se ha deslegitimado en su acceso y el ejercicio del poder. Por ello este gobierno sufrirá la indignación popular, aun cuando hoy quieran ignorarlo. Y eso hace que esta presidencia se vuelva incluso más peligrosa. Porque para mantenerse va a tener que ceder lo que queda de institucionalidad y empezará por lo que no les resulta importante. Ya sea para devolver favores para no ser vacados por el mismo Congreso (Por eso las “segundas oportunidades” para el licenciamiento) o, porque van a ceder a apetitos populistas. Cederán en todo, menos en lo que represente sus valores económicos, sociales y religiosos. Y para ello, distorsionarán la realidad.

Para este gabinete no hay mañana y eso es peligroso. Como las manifestaciones no serán mitigadas con políticas sociales y populares, se acrecentarán y podrán devenir en muertes. Y para la gente, con un gabinete como este, solo queda la salida de Merino y la designación de un/a nuevo/a presidente/a desde el Congreso -de un partido opuesto a la vacancia-. Hoy no hay punto medio.

Vivimos momentos difíciles. Este gobierno nació condicionado por ilegítimo. Afortunadamente, la democracia -como la vida- encuentra sus rumbos. Y en ese camino se encuentran los peruanos. Rumbo a recuperar la legitimidad para recibir el bicentenario.