Guerra comercial entre China y Estados Unidos

Por Eloy Durán

La guerra comercial entre China y Estados Unidos es un acontecimiento global que no ha sido muy valorado en el país, pues se considera que el evento es transitorio y que la economía peruana tiene la fortaleza para afrontar sus efectos.

¿Es transitoria la guerra comercial entre China y Estados Unidos?

No. El conflicto se inició hace 15 meses, el 22 de marzo de 2018, cuando el presidente estadounidense ordenó la aplicación de US$ 50,000 millones en aranceles a más de 1,300 tipos de productos chinos por las prácticas comerciales desleales y el robo de la propiedad intelectual, medida efectivizada el 3 de abril sobre TV de pantalla plana, baterías de litio, antibióticos, satélites, armas, robots industriales, piezas de aviones, entre otros. La respuesta china se dio el 2 de abril, cuando el ministro de comercio impuso aranceles a 128 productos estadounidenses, derivados del aluminio y del cerdo, aviones, automóviles y soja (25%), y frutas, frutos secos y tuberías de acero (15%).

Una segunda rueda se dio en abril, cuando China impuso un impuesto adicional de 25% a aviones, automóviles y soja (día 4); y cuando Trump ordenó aranceles adicionales a productos chinos por US$ 100,000 millones (día 5). En mayo, siguió el conflicto con China cancelando pedidos de soya norteamericanos (día 8) y EE.UU. anunciando un arancel de 25% a US$ 50,000 millones en productos tecnológicos chinos (día 29). Esto fue aplicado a US$ 34,000 millones el 6 de julio y a US$ 16,000 millones el 8 de agosto; mientras que China había anunciado en julio aranceles por US$ 50,000 millones a productos estadounidenses.

En los últimos meses, el caso fue llevado por China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), hubo suspensiones y negociaciones hasta llegar al reciente caso de Google y Huawei.

¿Está circunscrita la guerra comercial a China y Estados Unidos?

No. El 9 de abril, EE.UU., debido a los subsidios a Boeing y Airbus, anunció nuevos aranceles por US$ 11,000 millones a productos de la Unión Europea, como el salmón, los quesos, las frutas, los aceites de oliva y los vinos. Además de la Unión Europea, EE.UU. tiene diferencias pendientes de resolver con Japón y otros países asiáticos.

Adicionalmente a estos efectos negativos sobre las exportaciones de la Unión Europea, Japón y otros países asiáticos a EE.UU.; también se observa una disminución de las exportaciones a China por parte de Japón, Taiwán, Corea del Sur, Tailandia, Vietnam; y también Singapur, Malasia y México.

¿Está la economía peruana fortalecida para resistir esta crisis comercial?

No. La economía peruana está fuertemente integrada al comercio mundial y puede sentir los efectos directos o indirectos del conflicto entre China y Estados Unidos. Ambas potencias están desacelerando su crecimiento y reduciendo sus importaciones, además de que también lo están haciendo algunos países de la Unión Europea. Se requiere proactividad de los gremios exportadores y del Gobierno con el fin de que el impacto de la guerra comercial pueda ser mitigado, o incluso pueda ser aprovechado para mejorar la balanza comercial.

¿Pueden haber beneficiados ante estos conflictos comerciales?

Sí. Sobre todo, dirigiendo acciones a China y Estados Unidos. Por ejemplo, a estas dos potencias, México exportará US$ 28,000 millones más (6%, más que Canadá y Japón) y Colombia US$ 2,000 millones debido a la guerra comercial; Chile tuvo exportaciones récord a estos dos países en 2018. Por otro lado, han reducido sus costos de exportación Colombia y Argentina; y Brasil ha colocado una cantidad importante de soja en China en 2018 (aunque este año puede bajar por la fiebre porcina en China).

En el caso de nuestro país, las cotizaciones el índice de volumen de las exportaciones es 33% menor que el año anterior, el superávit es 35% menor y las cotizaciones en promedio son 7% menor. Se debe impulsar la oferta exportable de la minería (cobre, oro, zinc y plomo) y promover la oferta agropecuaria (paltas, frutas) y pesquera (harina de pescado y pota); así como abrir o desarrollar nuevos mercados asiáticos.

Esta agenda de corto plazo debe ser desarrollada en forma inmediata para evitar que se intensifiquen o se prolonguen algunos efectos de la guerra comercial global en nuestro país. Corresponde a los empresarios tomar la iniciativa y al Gobierno atender la agenda económica con la misma prioridad que la política.