Elecciones en Bolivia: Evo, de nuevo

30/08/2019

Por Eloy Durán

Oruro era el único departamento boliviano que no había aportado presidentes en el país altiplánico hasta la llegada en 2006 de Evo Morales; quien luego, con casi 5,000 días, mantiene el gobierno más extenso de la historia y participará en las elecciones de este año para quizá convertirse en el presidente con más períodos de gobierno (4 en total, junto a De Velasco y Paz Estenssoro).

Evo Morales, ex sindicalista y ex diputado, perdió las elecciones de 2002 (ante el ex Presidente Gonzalo Sánchez de Losada por 1,52% en la votación popular y por 26,5% en la votación del Congreso) y ganó las de 2005 (por 25,15% al ex Presidente Jorge Quiroga), 2009 (por 37,76% al militar Reyes) y 2014 (por 37,13% al empresario Doria).

¿Ganará Evo en primera vuelta?

Las elecciones del 2019 se definirán el 20 de octubre en primera vuelta y el 15 de diciembre en segunda vuelta entre los dos candidatos más votados (en caso ningún postulante obtenga 50%, o 40% con ventaja de 10%). Los favoritos son el senador Ortiz y los ex Presidentes Jaime Paz Zamora y Carlos Mesa, así como el reeleccionista Evo Morales, quien lleva una creciente ventaja de 17% y ya superó el 40%.

Cabe indicar que el artículo 168º de la Constitución prohibía la nueva reelección, por lo que se convocó para febrero de 2016 a un referéndum, el cual resultó desfavorable al actual Presidente por 51% a 49%. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral interpretó el Pacto de San José y declaró inaplicable el citado artículo constitucional; y quedó habilitada la candidatura de Evo Morales.

¿Cómo marcha la economía boliviana?

Según nuestro columnista, el internacionalista Farid Kahhat en su libro “El eterno retorno: La derecha radical en el mundo contemporáneo”, los latinoamericanos estamos tendiendo a valorar el desempeño de sus gobiernos y optando por alternativas ante gestiones deficientes.

«Evo Morales, ex sindicalista y ex diputado, perdió las elecciones de 2002 y ganó las de 2005, 2009 y 2014».

Cuando se inició el primer período de Evo Morales el PBI era US$ 9,573 millones y se estima en US$ 45,000 millones para 2019, es decir 370% más, con una interesante tasa de crecimiento de más de 4% durante los 14 años de gobierno (excepto durante la crisis global de 2009 con 3,4%). Por su parte, el PBI per cápita pasó de US$ 1,049 y se estima en US$ 3,750 millones para 2019, es decir 260% de crecimiento.

El sector externo

La economía boliviana muestra un desempeño preocupante en el sector externo, las reservas internacionales netas (RIN) pasaron de US$ 1,795 millones cuando se inició el primer período de Morales en 2006 a US$ 15,123 millones cuando terminó el tercero; y a la fecha, el nivel de RIN ha caído a US$ 8,374 millones.

Asimismo, en este último período de gobierno (2015 – 2019), las importaciones se han mantenido estables pasando de US$ 4,829 millones a US$ 4,914 millones. Por su parte, las exportaciones cayeron desde US$ 6,604 millones hasta US$ 4,125 millones. El último año, las importaciones han crecido 5% (principalmente en combustibles) y las exportaciones han caído 8% (principalmente las de gas y minerales).

El desafío para el período 2020 – 2025

La economía boliviana enfrenta un sector externo desfavorable, pues las importaciones se mantienen estables, mientras que las exportaciones caen en valor y en volumen, lo cual ha generado una reducción significativa de las RIN.

Pese a ello, el crecimiento del país por encima de 4% sigue ubicando a Bolivia entre los líderes de Latinoamérica, aunque debería merecer mayor atención la reducción del déficit fiscal (actualmente 7% del PBI), el cual por ahora está intentándose mediante una fuerte reducción de la inversión pública este año.

Para el inicio de la nueva gestión gubernamental en 2020, se espera un sector externo igualmente desafiante (Argentina y Brasil, importantes destinos de sus exportaciones de gas e hidrocarburos, seguirán en crisis), unas reservas internacionales que no deberían seguir cayendo y un déficit fiscal que debería contenerse.

Todo esto implica, que el nuevo gobierno en 2020 debiera intentar un ajuste en la política económica o resignarse a un crecimiento menor a 4% por primera vez en 15 años.