El Crecimiento Mundial en 2019

25/10/2019

Por Eloy Durán

El Informe de la Economía Mundial publicado este mes por el Fondo Monetario Internacional resalta el debilitamiento de la actividad mundial hasta el nivel más bajo en una década (desde la crisis financiera mundial). Las tensiones comerciales y políticas incrementan la incertidumbre del comercio, afectan la confianza de las empresas y las personas, y retrasan las decisiones de inversión.

El Informe del FMI prevé una tasa de crecimiento del PBI de 3% para la economía mundial en 2019, mostrando una desaceleración desde 3,7% hace tan sólo 1 año. Si bien el mundo se desacelera 0,7 puntos, América Latina se desacelera 2 puntos (de 2,2% a 0,2%) y específicamente el Perú 1,5 puntos (de 4,1% a 2,6%).

Sector externo desfavorable

Tenemos una primera conclusión: La desaceleración de la economía peruana duplica a la desaceleración mundial. Esta relativa debilidad de la economía peruana no debe descuidarse, considerando la caída de todos los indicadores, como los términos de intercambio (-0,3%) y el tipo de cambio (-1,3%), adicionalmente a la menor demanda de mercados regionales recesados y de mercados mundiales restringidos.

Asimismo, hay caídas en el monto de exportaciones (tradicionales -10% y totales -7%); las cotizaciones internacionales (harina de pescado -3%, gas -40%, petróleo -7%, zinc -17%, plomo -12%, cobre -12%, plata -6% y estaño -4%); y los volúmenes de exportaciones (harina de pescado -12%, café -10%, petróleo -17%, plata -43%, oro -9%, zinc -6%, y cobre y hierro 0%). Acá, tenemos una segunda conclusión: Los indicadores externos son desfavorables.

Crecimiento de América Latina en relación con el Perú

La desaceleración de América Latina triplica a la mundial, debido al deterioro que sufren Brasil y México y a la recesión de Argentina y Venezuela. Pese a esta desaceleración relativa mayor a la peruana, nuestro país pierde posiciones en la Región.

Hace un año, el crecimiento previsto para el Perú (4,1%) superaba a América Central (3,8%) y el Caribe (3,7%). Hoy es al revés: Perú (2,6% versus 2,7% y 3,3%, respectivamente). Lo mismo sucede en Sudamérica, donde Bolivia, Colombia y Chile tendrían mayor crecimiento que nuestro país. Acá tenemos una tercera conclusión: La economía peruana pierde liderazgo en el crecimiento en América Latina.

Crecimiento del Mundo en relación con el Perú

Algunas repúblicas ex – soviéticas (Turkmenistán, Armenia, Uzbekistán, Tayikistán, Georgia) están creciendo a tasas de 5% a 6%. Igualmente, en África, hay países con crecimiento superior a 7% (Ghana, Costa de Marfil y Etiopía) o 6% (Uganda y Senegal). Y finalmente, en Asia, se mantienen tasas de crecimiento mayores a 6% en Vietnam, China e India.

En estos países, se mantiene un considerable impulso fiscal, se estimula la demanda interna, se incrementa el gasto público y crecen los salarios. A mediano plazo, habrá que trabajar también en la facilitación del comercio exterior y en la implementación de ciertas reformas en la economía. Acá tenemos una cuarta conclusión: Dinamismo y solidez en la política fiscal puede permitir mejores tasas de crecimiento.

Conclusiones

1) La desaceleración peruana duplica a la desaceleración mundial (1,5 puntos versus 0,7 puntos, en sólo un año).

2) Los indicadores externos son desfavorables: términos de intercambio, tipo de cambio, demanda, cotizaciones, y monto y volumen de exportaciones.

3) El crecimiento del Perú se rezaga en comparación al de América Latina, pues ahora es menor al de América Central y el Caribe, e igualmente, menor a los resultados de Bolivia, Colombia y Chile.

4) Falta estimular la política fiscal, pues se esperaba crecer 4,1% en el gasto público y 4,5% en la inversión pública, pero se está cayendo 0,4% y 0,7%, respectivamente.

5) La gestión económica marcha al revés. Se previó crecer 4,2%, pero se crecería 2,4%. Se debió aplicar una política contracíclica, pero están cayendo el consumo público y la inversión pública. Se está desarrollando instrumentos para el mediano plazo (PNIC y PNCP), pero se está descuidando el corto plazo.

6) Si se maximiza el esfuerzo fiscal en lo queda del 2019 (que ya está casi perdido), podríamos comenzar con mucho dinamismo una recuperación los años 2020 y 2021, los cuales ya de por sí serán conflictivos e inciertos por sendas campañas electorales que pueden prolongar el estancamiento.

7) El menor crecimiento está afectando la pobreza, el empleo y el ingreso. Si sumamos el alto endeudamiento de las familias y el hecho de que los abonos de remuneraciones se retiran de las cuentas bancarias en sólo 3 días, estamos frente a complicaciones económicas para las personas que más tarde podríamos lamentar en términos de desarrollo social y de gobernabilidad.