¿Cuándo modernizar la Gestión Pública?

05/03/2020

Por Vlado Castañeda

Siendo la modernización, la capacidad de colocar algo acorde a tiempo actual; aplicar este concepto a la gestión pública depende de la realidad que afronta la entidad pública en el marco de su labor priorizada por el gobierno y el rol que debe cubrir como parte del Estado.

La modernización es exigible cuando la realidad cambia. En la gestión pública la realidad cambia por dos cuestiones, una referida a los cambios en la sociedad respecto al problema público y otro relacionado a la necesidad de cambios de las capacidades que debe cubrir la entidad pública para cumplir mejor su deber institucional.

La realidad cambia en la sociedad; cuando el problema publico comienza a describir tres situaciones; una que evidencia que el problema no es bien atendido y producto de ellos aumenta su delimitación social y geográfica lo cual exige un cambio en la gestión; otro caso es cuando el problema público se resuelve y ante dicha situación se evidencia que existen otros problemas que no se habían abordado con la prioridad requerida y exigen de una nueva forma de gestión diferenciada de la que se venía haciendo; y por ultimo cuando se evidencia que se tiene en el contexto de la sociedad nuevos problemas públicos que no se habían considerado antes atender. Ante todas estas circunstancias la gestión se necesita ajustar para que esté acorde a dichas exigencias que se requiere para concretar resultados en favor de los destinatarios de la labor de la entidad pública.

A esto también se debe sumar la consideración que se genera a partir de la necesidad u oportunidad de mejorar las capacidades institucionales para utilizar los recursos económicamente, para aumentar los niveles de logros institucionales y ser más eficaz o cuando hay la progresividad de aumentar la eficiencia, la calidad y productividad del funcionamiento para el desarrollo de las actividades, procesos y/o la producción y entrega de los servicios públicos; lo cual repercuta en obtener un buen nivel de cumplimiento de estándares y resultados en favor de los ciudadanos. En esa circunstancia se hace vital modernizar, pues permite poner a tono la entidad y con seguridad aumentar los niveles de atención y satisfacción en cuestión.

Finalmente es recomendable que ante cualquier situación en donde la realidad cambie (tanto en la sociedad como en la entidad), se modernice la gestión pública y que ello se acompañe de un análisis que valore si a la mejora en el funcionamiento es preciso ajustar algunos aspectos de la estructura de la división funcional del trabajo y/o mejorar la organización de las competencias, funciones y facultades institucionales; pero que cualquier aspecto que se haga debe estar ajustado siempre a las capacidades y recursos a disposición.

Reflexión final: No modernicemos cuando la realidad no lo exija; pues seguro haciendo una mejor gestión todavía se tiene espacio para la mejora de los rendimientos institucionales.