Covid-19: ¿Qué es y cuáles son sus efectos en la economía?

25/03/2020

Por Alfonso Garcés

Han pasado pasado casi 3 meses desde que se reportó el primer caso del Covid-19 en la ciudad de Wuhan, China. Cuando escuchábamos por las noticias la existencia de los primeros muertos allá, nos sonaba muy lejano y ajeno. No solo a nosotros sino también a muchos países europeos y hasta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues consideraba que no era el momento para lanzar una alerta mundial. Ahora, sin embargo, casi medio millón de personas se encuentra infectada con el virus y de ellas casi 17 mil han fallecido, en casi 200 países. Estas cifras, desde el pasado 6 de marzo que se identificó el primer caso positivo en el Perú, han venido generando, en buena parte de la población, una sensación de angustia, zozobra, miedo, pánico y ansiedad por no saber cuándo se encontrará la vacuna, qué pasará con sus trabajos, con sus empresas, con sus sueldos, con la economía, con sus créditos hipotecarios, vehiculares o de consumo. Todas las emociones juntas producto del desconocimiento de la enfermedad y de la información que viene del extranjero o a través de las redes sociales.

Pero, ¿en qué consiste este virus? Algunos expertos argentinos (Miroli, A.; Lopardo, G.; 2020) han salido a explicarlo didácticamente. El coronavirus en realidad es el nombre que se le da a la familia de virus que infectan humanos o animales. El genoma de los CoVs es un Ácido Ribonucleico (ARN) de cadena única. ¿Qué significa? Que el virus entra en el organismo y luego de un tiempo sale. No se queda viviendo en el cuerpo a diferencia de otros virus como el VIH o la varicela. Este CoVs incluyen el SARS-CoV (2002/2003), MARS (2012), SARS-CoV-2 (2019) y otros. (Barron, C.; 2020).

En efecto, en el 2002 apareció en Beijing un virus llamado SARS-Cov creando la enfermedad SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome) primo hermano del SARS-Cov-2, que produce la enfermedad Covid-19. Recibe este nombre debido a la forma de corona que tiene cuando es observado desde el microscopio. Ambos vienen de la familia del coronavirus. Entonces, se dice que el Covid-19 es una enfermedad respiratoria producida por el SARS-Cov-2 (Barron, C; Chen Y. et al., 2020) que en la mayoría de los casos es como una gripe cualquiera, y en un grupo más reducido se presentan complicaciones, de los cuales un grupo más reducido aún entra en una fase crítica. Entonces, solo un porcentaje muy reducido de casos acarrea consecuencias fatales. Veámoslo en porcentajes:

Como podemos observar, la gran mayoría de personas que se infecte no tendrá consecuencias letales. Pero entonces, ¿por qué tantos mandatarios en el mundo están adoptando regulaciones altamente invasivas hacia sus ciudadanos? ¿Y por qué existen tantas personas muriendo como consecuencia de este virus? Una explicación podemos encontrarla en la limitada capacidad de oferta hospitalaria existente en el mundo combinada con el número exponencial de contagiados que sobre pasan al primero.

Pinedo & Perez (2020) sostienen que si el Perú no toma acción de mitigación alguna tendría como máximo 8 millones 462 mil personas. En ese escenario, tendríamos lo siguiente:

Es decir, es altamente probable que al menos 2 millones de personas requieran acudir a un hospital público o privado, y que al menos tres cuartos de millón requerirán camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Y, ¿Cuál es la oferta hospitalaria en el Perú comparada con algunos países del mundo?  De acuerdo a las Estadísticas Sanitarias Mundial 2014 de la OMS, el número de camas por cada 10 mil habitantes es el siguiente:

Como podemos observar de los países analizados, los peores de la tabla son Perú, México, Colombia y Ecuador con la mitad de la capacidad de Estados Unidos o el Reino Unido. Menos de la mitad que España, Portugal, Italia y China; menos de una tercera parte que Países Bajos o Argentina; menos de la cuarta parte que Francia; y, menos de una quinta parte de Alemania. Todos estos países europeos vienen colapsando en su sistema de salud por los acelerados niveles de contagio que viene experimentando, siendo los casos de Italia, Estados Unidos y España los más críticos.

Como corolario, dichas cifras nos indican que, independientemente del nivel de atención o capacidad hospitalaria que se tenga, ninguno será suficiente si es que toda la población se infecta al mismo tiempo. De ahí donde surge la recientemente famosa frase de “aplanar la curva”, es decir, que si bien todos nos vamos a contagiar en algún momento, que el nivel de contagio sea de una magnitud tal que pueda ser absorbida por el sistema de salud de cada país. No es lo mismo atender a mil personas en un día que atender a cien personas por día durante diez días.

 

¿Qué efectos genera el COVID-19?

El primer efecto es directo en la vida y la salud de los ciudadanos que sean infectados. Y el efecto indirecto, pues está más bien relacionado a las medidas de mitigación de los efectos directos. El consenso de economistas sostiene que los efectos económicos existan o no medidas de contención de contagio, va producir daños económicos cuyo cálculo no es posible estimar. Ahora, en la mayoría de países que han cerrado sus fronteras, limitado la circulación de las personas y dispuesto el cierre de establecimientos comerciales que no expendan alimentos de primera necesidad, se estima una recesión regional mayor a la que se registró en el 2009.

En el Perú, pasamos de un crecimiento de 9% del PBI en el 2008 a 1% en el 2009, es decir, perdimos 8 puntos porcentuales. Se estima que esta crisis generará un efecto aun mayor, más cercana a la crisis financiera del año 1998,  con lo cual, es altamente probable que luego de más de dos décadas, registremos crecimiento negativo, y estemos entrando a una recesión.

A pesar de ello, y dado que existirá mayor presión al alza del déficit fiscal que provocará la ejecución de una política fiscal más expansiva, no se vería afectada la sostenibilidad macrofiscal del país, debido a la solidez de los fundamentos macroeconómicos. (Ghezzi & Segura, 2020; SAE & Apoyo Consultoría, 2020)

 

¿Qué han hecho los gobiernos?

Podemos agrupar las acciones que han venido desplegando algunos países, de acuerdo a lo siguiente:

(i) Intervención estatal poca o nula:

Es el caso de México, en el que incluso su Presidente ha incentivado a que se den abrazos y besos, y anoche ha exhortado a que no se queden en sus casas, a pesar de los muertos cuya curva de crecimiento va en aumento por el COVID-19. El caso del Reino Unido resulta interesante porque si bien planteó inicialmente fomentar el contagio como una manera de generar la denominada inmunidad de grupo, esto es que una vez que se alcance entre un 50% y 65% de  infectados, la sociedad se inmuniza, puede tener un costo social muy alto traducido en no pocos fallecidos. No obstante, el Primer Ministro británico Boris Johnson ha realizado (positivamente) un viraje y ha dispuesto desde la noche del 23 de marzo el locked down de sus ciudadanos. Estados Unidos, por su parte, hasta la fecha no ha adoptado ninguna medida restrictiva, a pesar del incremento exponencial que han registrado los contagios, los mismos que están cerca de 50 mil infectados.

(ii) Intervención estatal con bajo grado de intensidad

Mucho países iniciaban de esta manera como ocurrió con España y Chile. Incluso el Perú luego de conocerse del primer caso positivo.

(iii) Intervención estatal con alto grado de intensidad

El primer país en esta situación fue China, que luego de algunas semanas desde que se detectó el primer caso dispuso el cierre de la ciudad de Wuhan y la prohibición de circular, a la que luego se extendieron 12 ciudades. Posteriormente, le siguieron Italia, Perú, España; y, recientemente, el Reino Unido.

La discusión al interior de los gobiernos que más han demorado en tomar alguna acción que suponga una intervención con alto grado de intensidad sobre la vida de los ciudadanos probablemente se deba a la ponderación que cada uno de estos hace entre la salud y la economía; o, las personas y el mercado. Sin embargo, ese análisis no es excluyente. En efecto, entre los principios de la estructura del sistema constitucional económico peruano que sustenta nuestro modelo económico, se encuentra el de una economía social de mercado, el cual aparece como una “tercera vía” entre el capitalismo y el socialismo (Haberle, 1997). Ello porque este principio abraza los fundamentos del liberalismo económico pero los complementa con los valores de justicia, lo que lo hace compatible con los fundamentos axiológicos y teleológicos que inspiran a un Estado social y democrático de derecho.

En ese sentido, si bien el mercado es indispensable para el desarrollo y progreso de un país, este no se agota en sí mismo sino que los beneficios que genera (la riqueza) debe servir para que la sociedad alcance el bienestar general. ¿Cómo?  A través de los ingresos que se extraen del capital y que administra el Estado para luego distribuirlos para financiar los servicios públicos que requiere la nación, tales como educación, salud, justicia, agua y saneamiento, seguridad y defensa, entre otros, así como a través de un escudo de protección social para la población más vulnerable.

Si esto es así, ¿por qué algunos países aún no implementan las políticas públicas orientadas a aplanar la curva de contagios? Baldwin & Weder intentan explicarlo con el gráfico siguiente:

Como se puede observar, el gráfico cuenta con un plano superior (médico) y un panel inferior (económico). En el panel superior podemos observar cómo se aplana la curva cuando se implementan medidas de contención y cómo la curva es más pronunciada cuando no se adoptan medidas. Paradógicamente, observamos en el panel inferior, el económico, cómo la curva de la recesión se hace más pronunciada, es decir, la recesión sería más fuerte si se adoptan medidas de contención. En otras palabras, los países deben elegir entre: i) tener menos personas contagiadas y consecuentemente, reducir el número de casos con el COVID-19; y, ii) tener una curva de recesión más pronunciada. El Perú, por su régimen constitucional, ha optado por preferir a la recesión como una medida de salud pública. Luego de aplanar la curva de salud, el Estado debe empezar a aplanar la curva de la recesión. (Gourinchas, 2020).

No obstante, el temor a la recesión de algunos países como Estados Unidos o México puede ser el factor que esté retrasando la adopción de medidas de contención.

 

¿Qué hizo el Perú?

El Perú ha dispuesto diferentes medidas, los cuales podemos agruparlos de la siguiente manera: (i) movilidad de las personas (declaratoria de emergencia sanitaria, declaratoria de estado de emergencia, restricción del transporte aéreo comercial, transporte terrestre de pasajeros y acuático), (ii) ayudas financieras (a PYMES y personas naturales en las declaraciones del IR, bono de 380 soles para los más vulnerables, relajación de las provisiones por la SBS, ampliación de plazos para presentar información a la SMV, entre otras), (iii) Incremento de capacidad hospitalaria (habilitación de más camas hospitalarias y de cuidados intensivos en el hospital de Ate y en la Villa Panamericana), (iv) laborales y de seguridad social (trabajo remoto, asunción de ESSALUD del pago a los trabajadores de la MYPE por la licencia generada por la pandemia, entre otros), (v) fortalecimiento institucional de salud con transferencias de recursos para comprar más reactivos, equipamiento para los médicos y equipamiento para las UCI, entre otras.

No obstante, como revisamos líneas arriba, la precaria situación de nuestro sistema de salud, ciertamente generada por nuestra incapacidad de ejecutar inversiones gobierno tras gobierno y que sin duda responde a la profunda debilidad institucional, toda medida será siempre insuficiente, pero debemos procurar aprovechar como país el periodo de aislamiento obligatorio para prepararnos a enfrentar de una mejor manera el tsunami que vendrá más adelante.

Me explico. Dadas las cifras de contagios que siguen en aumento (aunque este incremento es proporcionalmente menor que al inicio), lo más sensato y técnico sería prorrogar el estado de emergencia, pero ¿con qué finalidad? No solo para reducir el contagio sino para generar un número sustancial de camas a nivel nacional que permitan amortiguar el impacto que se genere cuando se levante completamente la medida de aislamiento obligatorio. Sabemos que las vacunas vendrán entre doce y dieciocho meses, según refieren los expertos. Entonces, el COVID-19 volverá. Y ¿qué haremos en ese momento? ¿Volver a dictar medidas de aislamiento obligatorio? Según el MIT Technology Review sugiere que dos de cada tres meses estaremos confinados a un aislamiento obligatorio. Tal vez, puedan dictarse medidas focalizadas, como lo hizo China, inicialmente en Wuhan y luego extendido a 12 ciudades más.

 

¿Qué más deberíamos de hacer?

Como ya se ha referido, la probabilidad de extender el aislamiento social obligatorio es alta. Por ello, es indispensable que los tomadores de decisión sean conscientes la urgente necesidad de implementar soluciones que aplanen la curva de contagios como la curva de la recesión. Para ello, se requerirá propuestas disruptivas “pensando fuera de la caja”, puesto que combatir efectos económicos sin precedentes con instrumentos tradicionales es altamente probable que no suponga un resultado satisfactorio.

Ene ese sentido, dentro de los temas urgentes que deben abordarse en el corto plazo, podemos mencionar:

  • Materia de salud
    • Ampliar el estado de emergencia con dos objetivos: (i) reducir la velocidad de contagio y sus consecuencias fatales; (ii) ganar tiempo para equiparnos (esto significa: incrementar la oferta de camas para hospitalización y UCI, adquirir respiradores mecánicos y demás equipamiento, más equipos de protección para los profesionales de la salud, de la policía y las fuerzas armadas, y contratar más profesionales). Sería muy útil replicar la experiencia China para construir y equipar un hospital en 10 días para mil personas.
    • Adquirir los reactivos necesarios para que casi en tiempo real se pueda determinar si una persona está contagiada o no. Teniendo un universo más amplio es posible diseñar mejores estrategias, más enfocadas y de menor costo. Por ejemplo, si logramos determinar que un departamento no tiene infectados, automáticamente se les puede aislar geográficamente, permitiéndoles el desarrollo de actividades económicas al interior del departamento.
    • Priorizar los descartes en las zonas de producción agropecuaria, debiendo recibir el trato de recurso estratégico dado el impulso que le da al crecimiento de la economía y los riesgos que pueden generar en caso de contagio. Por lo cual, deberían recibir resguardo militar.
    • Ampliar a los laboratorios la posibilidad de hacer las prueba moleculares gratuitas para tener un mayor alcance de personas evaluadas en el menor tiempo posible. Idealmente, deberíamos alcanzar las cifras de Corea del Sur.
    • Elaborar un modelo matemático que permita pronosticar el impacto de las medidas, en términos de costo y de resultado, para afinar mejor las estrategias y la focalización de intervenciones, para hacer uso eficiente de los recursos públicos. Por ejemplo, para determinar cuántas camas y dónde se requieren con mayor urgencia para una implementación progresiva.
  • Materia económico financiera
    • Si bien la finalidad del bono de 380 soles es legítimo, la realidad demuestra que va en contra del objetivo de la cuarentena, que es evitar la concentración de personas. Por lo que, deberían evaluarse alternativas que permitan alcanzar el objetivo inicial. Tal vez con estrategias integradas con el sector privado y se pueda producir comida enlatada y ser distribuida por las fuerzas armadas, como en épocas de guerra.
    • Aislar a los departamentos que aun no han sido contagiados y relativizar el estado de emergencia, permitiendo la libre circulación dentro de la región y el desenvolvimiento económico, pero sin posibilidad de salir o que otros accedan a él.
    • Fortalecer la administración tributaria, en cuanto rol recaudador, dado que el gasto que se pretende desplegar tiene que ser financiado con los tributos, no todo puede ir por deuda pública, ya que hay limitación constitucional por tipo de gastos.

Ahora, si se viene una época de recesión, ¿se contarán con los recursos para financiarlo? A diferencia de otros países de la región, el Perú viene siendo reconocido por diversas calificadoras de riesgo por la solidez de sus fundamentos macroeconómicos, lo que le da un mayor margen de maniobra para generar el espacio fiscal necesario para enfrentar esta crisis. En efecto, entre los principales indicadores macroeconómicos al cierre del ejercicio 2019, tenemos:

  • Reservas internacionales: El BCRP reportó cerca de 70 mil millones de dólares de reservas internacionales netas, y representa el 30% del PBI.
  • Deuda pública: La deuda pública bruta peruana está en 26.8% del PBI, siendo el permitido hasta 30% del PBI, y la media regional se encuentra por encima del 50% del PBI. Lo que quiere decir que tenemos espacio suficiente para acceder a liquidez y con ello financiar paquetes de inversión pública y buscar revertir la recesión.
  • Inflación: El BCRP reportó que el Perú registró una inflación anual de un dígito en menos de 2%.

Adicionalmente, en el Fondo de Estabilización Fiscal contamos con poco menos de 6 mil millones de soles, y tenemos acceso a créditos para dar un impulso fiscal potente para recuperar la senda del crecimiento. Entonces, las espaldas financieras con las que la crisis encuentra al Perú le permitirá adoptar medidas disruptivas para superarla, con el menor daño colateral posible.

Referencias bibliográficas

Barrón, Carlos. Enfermedad por Coronavirus (COVID-19). Barrón Biomedical. Alemania, 2020. www.barron-biomedical.com.

Baldwin, Richar & Weder Di Mauro, Beatrice. 2020. Mitigating the COVID Economic Crisis: Act Fast and do whatever it takes. A VoxEU.org Book.

Chen, Yu; Liu, Qianyun & Guo, Deyin. 2020. Emerging coronaviruses: Genome structure, replication, and pathogenesis. Journal of Medical Virology. Wiley. China. https://doi.org/10.1002/jmv.25681

Ghezzi, Piero & Segura, Alonso. 2020. Los riesgos del COVID-19. Hacer Perú. Perú. http://hacerperu.pe/los-riesgos-del-covid-19/

Gourinchas, Pierre-Olivier. 2020. Flattening the pandemic and recession curves. Mitigating the COVID Economic Crisis: Act Fast and do whatever it takes. A VoxEU.org Book.

Haberle, Peter. 1997. Incursus. Perspectiva de una doctrina constitucional del mercado: siete tesis de trabajo. En: Pensamiento Constitucional. Año. N.° IV. N°. 4, Lima 1997. http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/pensamientoconstitucional/article/view/3256/3093

Lopardo, Gustavo. La Nación Más. Programa Odisea Argentina, conducido por Carlos Pagni. Edición del 16 de marzo. Argentina, 2020.https://www.youtube.com/watch?v=nrh3MpJoo6M&t=828s

Miroli, Alfredo. Radio 21 Tucumán. Programa Primer Plano, conducido por Germán Valdez. Edición de marzo. Argentina, 2020. https://www.youtube.com/watch?v=e8-MSY7XPqQ&feature=youtu.be

Pinedo Tarquía, Jairo; & Pérez Nuñez, Jhelly. Estimación de la propagación del Coronavirus 2019 (COVID-19) en Perú usando un modelo SIR. Perú, 2020.

Servicio de Asesoria Empresarial & Apoyo Consultoría. 2020: La crisis económica generada por el coronavirus. Perú, 2020.

World Health Organization (WHO). Estadísticas Sanitarias Mundial 2014-  https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/131953/9789240692695_spa.pdf?sequence=1