¿Cómo son los directivos públicos “efectivos”?

09/10/2019

Por Jesús Vidalón

Necesitamos directivos públicos “efectivos” para asegurar, en las políticas y programas públicos, resultados significativos y oportunos en beneficio de los ciudadanos.  No son la regla general pero este tipo de directivos existe. ¿Cómo son?, ¿Cómo actúan?, ¿Qué los motiva?

Los retos de la gestión pública

Un Estado moderno es el que muestra capacidad de organizarse, cumplir sus funciones e implementar políticas y programas que permitan alcanzar objetivos concretos en beneficio del ciudadano.  Y ya hemos comentado en anteriores artículos que la efectividad de las organizaciones públicas es el grado en el que alcanzan esos objetivos.

Hacer efectivas las organizaciones supone superar las limitaciones de los modelos convencionales administración pública; como son la rigidez, el exceso de burocracia y el énfasis en el cumplimiento de funciones y actividades.  Y a la vez, determina la necesidad de gestionar el entorno político y el entorno general para hacer viable el logro de los resultados haciendo frente a expectativas y riesgos políticos y sociales y manejando adecuadamente las posibilidades de cooperación y los intereses de las diferentes entidades públicas y agentes privados.

Conducir de manera efectiva una entidad o un programa público es entonces una tarea compleja que exige determinadas características, competencias y atributos.

¿Qué motiva a los directivos públicos?

Existen diferentes motivaciones para acceder a un puesto público relevante.  Así, un funcionario que asume al cargo vía elección popular (Alcalde, Gobernador Regional, Congresista, Presidente), tendrá una motivación política y una tendencia natural a tomar decisiones que maximicen su probabilidad de reelección, inmediata o luego de un periodo, o de acceder a otro cargo público.

Lo anterior es legítimo y puede contribuir a lograr resultados para la comunidad, si es que la forma de buscar réditos políticos es realizar una buena gestión.  Sin embargo, con frecuencia, los “directivos políticos” son vulnerables al populismo y al clientelismo (el empleo y los programas públicos como recurso), por lo que las capacidades, competencias y actitud de los directivos “no políticos” de más alto nivel cobra especial relevancia.

«Los directivos públicos efectivos tienen además legitimidad técnica, es decir un nivel razonable de conocimiento del área que manejan».

Entre los directivos “no políticos” también hay diferentes intereses y motivaciones.  Un alto directivo “burócrata”, por ejemplo, estará motivado por la permanencia en el cargo y la remuneración, por lo que preferirá asumir el menor riesgo posible, afectando negativamente la efectividad de la organización.

Un alto directivo “controlador” estará motivado por incrementar su poder colocando en puestos clave a personas que pueda manejar y ampliando cada vez más el alcance de sus decisiones y responsabilidades aún cuando esto no beneficie el logro de resultados.

Y un alto directivo “oportunista” buscará maximizar el beneficio propio de cualquier manera postergando el interés general y por tanto perjudicando a su organización, al Estado y a la sociedad.

No obstante, un directivo público “efectivo” estará motivado únicamente por alcanzar resultados en beneficio de los ciudadanos y por crear el máximo valor público en su ámbito de competencia.

¿Cómo son y qué competencias tienen los Directivos Públicos Efectivos

En general, los directivos públicos “efectivos” tienen claramente identificado el propósito de su organización y ejercen un liderazgo participativo empoderando a los trabajadores y motivándolos a tener éxito practicando, fomentando y exigiendo niveles altos de desempeño.

A la vez promueven una organización flexible, que se ajuste a las nuevas condiciones, reestructuran sus procesos de trabajo para mantener eficacia y gestionan las relaciones con los stakeholders para asegurar la viabilidad de sus proyectos.

Los directivos públicos efectivos tienen además legitimidad técnica, es decir un nivel razonable de conocimiento del área que manejan; ética, para actuar con integridad y poniendo el interés público siempre sobre el interés privado, orientación a resultados y firmeza en la búsqueda de estos y sensibilidad hacia el contexto de la acción pública, que es necesariamente político.

Necesitamos directivos públicos efectivos, para los niveles más altos de la actividad gubernamental, por lo menos a nivel de quienes dependen directamente de Ministros o Vice-Ministros, Gobernadores Regionales o Alcaldes y manejan programas públicos importantes.  Afortunadamente, los hay y muchos, dentro del aparato estatal (hay que dejarlos trabajar e impulsarlos) y fuera (hay que identificarlos e incorporarlos).