Adelanto de elecciones: Churchill y las alternativas de Fuerza Popular

20/08/2019

Por Jesús Vidalón

Fuerza Popular enfrenta una coyuntura crítica.  Sus dirigentes deben pensar serenamente, y proyectarse más allá del futuro inmediato, antes de tomar decisiones respecto del adelanto de elecciones… Y es posible que la mejor decisión para sus intereses converja con la mejor decisión para el país.

“La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra se muere una sola vez …”, decía Winston Churchill.  Y si nuevamente hace una mala lectura política, Fuerza Popular podría ratificar la validez de esa frase.

 

¿Obstruccionismo?

Aunque probablemente esta afirmación no será compartida por la mayoría de mis compañeros de blog, el fujimorismo no ha sido radicalmente obstruccionista con el Ejecutivo durante estos tres años. No obstante, las actitudes y acciones inmediatamente posteriores a la elección de Kuczynski, y después las primeras reacciones negativas a algunas iniciativas legislativas del Ejecutivo (reconstrucción con cambios, reforma política y otras), lo posicionaron como tal. Y cuando tuvo que ceder, esto fue percibido como un acomodo por la mayoría de la población.

Si, estratégicamente, hubiera mostrado y expresado desde el inicio una actitud de abierta cooperación, por ejemplo, dando por iniciativa propia facultades legislativas amplias y responsabilidad completa al Ejecutivo en determinadas circunstancias, probablemente nada hubiera cambiado: la reconstrucción habría estado igual o peor, la ejecución presupuestal seguiría siendo baja, la economía estaría igualmente ralentizada y los conflictos sociales en ascenso… Sin embargo, tendríamos un poder legislativo bien colocado, con legitimidad e iniciativa política para fiscalizar, interpelar y exigir cambios a un Ejecutivo que habría asumido responsabilidad plena.  Y entonces el equilibrio de poderes nos permitiría enfrentar de mejor manera, y haciendo uso de los mecanismos constitucionales, los momentos difíciles…

«Fuerza Popular puede encontrar coincidencia entre la mejor decisión para sus intereses como partido y la mejor decisión para el país».

 

Adelanto de elecciones y apoyo popular

Obviamente la mejor alternativa para el país sería que se complete el periodo presidencial, como la Constitución manda.  Lamentablemente, el anuncio del 28 de julio fue la pulsación de un botón rojo, con efectos irreversibles. Y aunque el debilitamiento del Ejecutivo, y la recomposición de posiciones en el Congreso como consecuencia de las reuniones por Tía María, generan en parte de la clase política y el empresariado la ilusión de que las cosas pueden cambiar, la realidad es diferente.

El escalamiento de la protesta y la presión popular por “que se vayan todos” es un evento altamente probable cuyo potencial impacto negativo irá creciendo.  Y el tiempo juega a favor del Ejecutivo, porque ya las encuestas demuestran que el impacto de los audios no ha sido tan fuerte como tal vez tendría que haber sido. Y la protesta será aprovechada por radicales y anarquistas para los que nadie tiene una respuesta política efectiva, y a quienes en unas semanas no podrá controlar el propio gobierno ni la oposición.

La esencia de cualquier alternativa política es el apoyo popular.  Y aunque es irresponsable con el país ganarlo sobre la base de medidas y discursos populistas, lo es también aferrarse a un curso de acción cuya inviabilidad política se hace evidente con un análisis de riesgo elemental.

Por el contrario, ganar apoyo popular sobre la base de un gesto real de compromiso con el país es responsable e inteligente. Y esto es independiente de la situación legal de sus dirigentes. Bajo cualquier circunstancia, el fortalecimiento de la base popular será siempre la mejor alternativa.

 

¿Cómo puede Fuerza Popular ayudar y ayudarse sin claudicar? 

No hay muchas posibilidades. La única parece ser un adelanto de elecciones consensuado, con reforma constitucional, preferentemente con dos legislaturas aceleradas y sin referéndum. Y esto debe estar acompañado de varios elementos:

  • Transición ordenada con gabinete concertado.
  • Agenda básica de medidas que incluya un shock de inversiones para reactivar la economía.
  • Sistema Nacional de Prevención de Conflictos y de Gestión de Riesgos Político-Sociales.
  • Candados constitucionales adicionales para evitar situaciones similares en el futuro.

Fuerza Popular puede encontrar coincidencia entre la mejor decisión para sus intereses como partido y la mejor decisión para el país. Si no lo hace, añadirá un evento a tantos que mantienen vigente la frase de Churchill.

Y el Ejecutivo, que merecería un artículo similar, tiene el deber de adoptar una posición única y colaborar. Seguir confrontando, aunque sea como estrategia inicial, alimenta la polarización y lo empuja, y nos empuja, a un callejón sin salida.

Las mejores estrategias para el Ejecutivo, para el Congreso y para el país pueden ser convergentes. Hagamos fuerza, y si es necesario busquemos un mediador, para que no se pierda esta oportunidad.