Confiabilidad en el abastecimiento de agua en las grandes ciudades: ¿Cambiando de paradigma?
25/02/2020
Fuentes alternativas, reserva, redundancia, … son términos que hemos asociado tradicionalmente al abastecimiento de energía eléctrica. Sin embargo, la reducción gradual de oferta hídrica, el incremento de la frecuencia de los desastres naturales, y la vulnerabilidad del abastecimiento en Lima y otras ciudades, hacen que estos términos y conceptos se apliquen ahora también al agua potable.
El caso de Lima
Tanto el Plan Nacional de Infraestructura, como la cartera 2020 de PROINVERSION, incluyen el proyecto “Obras de cabecera y conducción para el abastecimiento de agua potable para Lima”, proyecto que representa un monto de inversión de 720 millones de dólares y cuya adjudicación está programada ahora para el primer semestre del año 2021.
Obras de Cabecera, o Marca II, como se conocía originalmente, tiene una larga historia. Su construcción se promovió desde hace más de 20 años cuando, a la luz de los hechos, aún no era necesario. El proyecto no ha estado exento de problemas de diverso tipo, aún en la etapa reciente, que esperamos hayan sido superados.
De acuerdo con lo indicado por PROINVERSION, tal como se plantea ahora, Obras de Cabecera tiene los siguientes componentes principales:
– Afianzamiento de las presas Pomacocha y/o Huallacocha Bajo, incrementando el volumen útil total de estas presas de 36 a 90 MMC.
– Captación de agua de 3 quebradas en ambas márgenes del río Yauli, para su conducción hacia la represa Pomacocha.
– Construcción de un túnel trasandino de 10 km para trasvasar agua desde la represa Pomacocha hasta el río Blanco, en la cuenca del Rímac.
– Construcción de una planta de tratamiento de agua potable Huachipa II para potabilizar 5 m3/s de agua captada del río Rímac.
– Construcción de una línea de conducción “Ramal Sur” de 40 desde la planta Huachipa hasta Pachacamac-Lurín, incluyendo 3 túneles.
Es un proyecto complejo, que seguirá enfrentando retos. No obstante, en la situación actual es fundamental, no solo por el incremento de la oferta de agua para Lima en 5 m3/s (4.5 m3/s descontando las pérdidas), sino también, como se indica el Plan Maestro Optimizado 2015-2044 de SEDAPAL:
i) por constituir una medida de adaptación al cambio climático que está produciendo la disminución de la masa hídrica costera y;
ii) como acción efectiva para la reducción de los riesgos asociados a la alta sismicidad de nuestro país y a la vulnerabilidad de nuestro abastecimiento, por la existencia de un solo túnel trasandino.
El caso de Lima, cuyas reservas de agua para uso poblacional dependen actualmente en más del 60% del trasvase de la cuenca del río Mantaro, es extremo. Sin embargo, existe vulnerabilidad en diverso grado, en varias de las ciudades de la costa peruana.
Perspectivas
Promover proyectos como Obras de Cabecera, u otros como Plantas Desaladoras o proyectos de reúso, que permitan disponer de fuentes alternativas generando redundancia positiva e incrementando el nivel de confiabilidad al abastecimiento, es una necesidad urgente en varias de nuestras principales ciudades, para evitar que se unan al grupo de Ciudad del Cabo, Ciudad de México, El Cairo, Estambul, Beijing y otras, para las cuales parece que las medidas no llegarán a tiempo.
Sin embargo, como en todo cambio, siempre se presentan interrogantes: ¿Como dimensionar las fuentes alternativas para que la redundancia no incentive el sobrecosto o la ineficiencia?, ¿quién asume el financiamiento y el pago de este financiamiento? ¿qué garantía se da a los inversionistas? ¿los proyectos específicos se concretarán realmente de manera oportuna o simplemente generarán expectativas postergando además soluciones más rápidas y efectivas?
Además de los esquemas de APP, que requieren una importante simplificación y reducción de plazos en los procedimientos, el sector saneamiento está promoviendo la ejecución de proyectos de compra/venta de agua en bloque, en un esquema interesante de subasta que también se inspira en el sector eléctrico.
Así, el DU 011 -2020 plantea la posibilidad de la suscripción de contratos de hasta 20 años para captar volúmenes de agua disponibles en fuentes de agua superficial, subterránea o desalinizada o, cuando corresponda, mediante el reúso de agua residual tratada.
Para conocer y analizar los detalles, habrá que esperar primero el reglamento, luego la determinación de necesidades y finalmente el propio diseño de los procesos.