¿Pueden ser “rentables políticamente” las políticas públicas responsables? El caso del saneamiento rural

23/12/2019

Por Jesús Vidalón

La evidencia internacional muestra de manera inobjetable que los programas de saneamiento rural no tienen impacto significativo en la mejora de las condiciones de salud de la población si es que los servicios de agua y disposición de excretas no son de calidad y sostenibles.  No obstante, y a pesar de que hay un aparente consenso en que debemos trasladar el énfasis de la infraestructura a la adecuada provisión de los servicios, los programas y las intervenciones en saneamiento rural prácticamente en la totalidad de los países de ingresos medios y bajos siguen enfocados en el acceso.

La razón es fundamentalmente política.  La población valora la existencia de la infraestructura, aunque esta le provea únicamente de agua entubada de mala calidad. Y, además, tiene una baja disposición a pagar por el servicio. Entonces, las autoridades locales, regionales y nacionales continúan “invirtiendo” mucho en acceso y nada o muy poco en calidad y sostenibilidad.  Esta situación puede y tiene que cambiar.

El ejemplo del distrito de Ccorca

David Quispe Orozco, se desempeñó como responsable del Área Técnica Municipal del distrito de Ccorca, en el Cusco, hace más de 10 años.  Su adecuada gestión brindando asistencia técnica y monitoreando el trabajo de los prestadores comunales del servicio de agua y saneamiento rural en su distrito, le permitió ser elegido en el año 2011 Alcalde Distrital.

Como alcalde, aprovechó su profesión de biólogo y su experiencia como responsable de la ATM, y se propuso incrementar la valoración del servicio de agua potable impulsando diversas actividades que incluían la visualización por las familias de microrganismos patógenos en el agua no tratada, a través del microscopio.  El mensaje implícito era que el agua efectivamente es un regalo de Dios y la naturaleza, pero requiere tratamiento y el tratamiento tiene un costo.  A pesar de este mensaje, que convencionalmente consideraríamos impopular, Quispe fue reelecto en el año 2015.  En sus dos periodos desarrolló además proyectos productivos transversales y autosostenibles para contribuir a la seguridad alimentaria.  La desnutrición crónica infantil en Ccorca se redujo del 76% al 36% (aún nivel muy alto a pesar de la reducción) entre el 2011 y el 2016.  Y su buena gestión como alcalde lo llevó a ejercer diversos cargos de representación de los alcaldes distritales a nivel regional y nacional.

La situación del Perú en números

En el Perú rural existen aproximadamente 30,600 sistemas de agua potable, de los cuales el 75% está en estado regular o colapsado.  Más aún, solo el 50% de los sistemas tienen equipos de cloración y únicamente en el 28% del total de sistemas se realiza el proceso.  Asimismo, solo en el 25% de los sistemas los operadores han sido capacitados en gasfitería.  Por situaciones como esta, aunque la cobertura del servicio de agua en el ámbito rural es del 74%, solo el 2.6% de la población consume agua de calidad, lo que impacta en la prevalencia de enfermedades diarreicas y desnutrición crónica infantil.

Por otro lado, la cobertura del servicio de disposición sanitaria de excretas en el ámbito rural, que se presta principalmente a través de unidades básicas de saneamiento, es del 29%.  No obstante, esta cobertura -que es ya baja en términos absolutos y muestra una gran brecha respecto de la agua potable- incluye letrinas de hoyo seco ventilado, cuyo uso se alterna con la defecación al aire libre.  Además, por lo general, no existen visitas periódicas de mantenimiento y de verificación de la operatividad y limpieza, lo que impide concretar los beneficios en la salud de la existencia de este servicio.

A nivel de asignación de recursos, tradicionalmente el presupuesto asignado a la sostenibilidad del agua y saneamiento rural ha sido muy bajo (entre el 0.7% y el 3.4% del PIA del programa).  En el año 2019 este porcentaje se ha incrementado gracias a la estrategia de cloración que impulsa el Gobierno.  No obstante, aun solo el 6% del PIM está dedicado a actividades que podrían estar relacionadas con la sostenibilidad[1], y este porcentaje baja al 4% si descontamos recursos dedicados la gestión del programa, que también están relacionados mayoritariamente con las inversiones.

Y aún hay un fuerte déficit de asignación de recursos por los Gobierno Regionales a las Direcciones Regionales de Vivienda, Construcción y Saneamiento, y por las Municipalidades a las Áreas Técnicas Municipales.

¿Qué hacemos?

La experiencia a nivel local de Ccorca muestra que es posible obtener réditos políticos de una gestión y de políticas públicas responsables.

Existen intervenciones que contribuyen a lograr que las familias valoren los servicios como instrumentos eficaces de protección contra las enfermedades, en particular de los niños menores de 5 años, y a través de ello, de aseguramiento de un adecuado desarrollo físico y cognitivo.  Es necesario impulsar estas intervenciones, pero, además, son fundamentales el liderazgo, los mensajes y las decisiones responsables de las principales autoridades en los tres niveles de Gobierno.  Podemos ser optimistas, pues los Ministerios de Economía y Vivienda, están dando los primeros pasos.

[1] Fuente:  Consulta amigable MEF.  Con datos ajustados descontando recursos de Transferencia de Proyectos a Núcleos Ejecutores, que son inversiones pero están incluidas dentro del rubro de actividades.