Propuesta para mejorar la representación congresal de Lima Metropolitana

25/11/2019

Por Saúl Barrera

El gran tema que afrontará el próximo Congreso de la República que sea elegido el 26 de enero de 2020 por los 24’799,384 de electores habilitados por el Jurado Nacional de Elecciones, será el de la reforma de nuestro sistema político. Tendrá la oportunidad de discutir y revisar no solo las propuestas que la Comisión de Alto Nivel liderada por Fernando Tuesta presentó en marzo de este año 2019, sino también otros aspectos aún no contemplados.

Dentro de este gran tema que es la reforma política, un aspecto concreto que debe ser abordado es el sistema actual de elección de los representantes de Lima Metropolitana. Recordemos que nuestro sistema electoral divide al país en 26 distritos electorales: Uno por cada departamento; otro que comprende a la Provincia Constitucional del Callao; y, el que comprende a la provincia de Lima Metropolitana. En este último caso, se consideran como electores a los habitantes de lima metropolitana junto a los peruanos residentes en el exterior. Por la gran cantidad de electores que comprende -en el 2016 fueron 7’769,473- al distrito electoral de Lima Metropolitana se le asigna 36 de los 130 escaños congresales.

Sin embargo, el contar con un número muy grande de electores trae algunos problemas y consecuencias a Lima Metropolitana: el control y la fiscalización ciudadana sobre los congresistas elegidos se debilita y pierde. En efecto, a diferencia de los representantes de otras regiones del país, donde los congresistas van a sus localidades a recoger el sentir de los pobladores o rendir cuentas de sus acciones; para el caso de lima metropolitana ello no sucede. Gran parte de los congresistas por lima metropolitana no suelen participar en grandes reuniones con sus electores donde den cuenta de las actividades que desarrollan. No están acostumbrados a rendir cuenta de manera directa de las acciones que han ejecutado a favor de sus electores. Han optado, en casi todos los casos, por explicar o justificar su actuación a través de los diversos medios de comunicación. Se pierde así la conexión directa entre elector y representante.

De la misma manera, los congresistas elegidos generalmente no suelen residir en las zonas olvidadas de lima metropolitana, no viven ni sienten directamente las necesidades o ausencia de los servicios públicos más elementales. Por esa razón, ¿Alguien recuerda alguna propuesta de algún congresista de Lima orientada a solucionar algún problema concreto de la ciudad o de sus habitantes? No olvidar que en materia de transporte urbano, la propuesta de crear la Autoridad Autónoma de Transporte, fue planteada por el Poder Ejecutivo, no por el Congreso. Por el contrario, en el caso de otras regiones, hemos visto cómo sus congresistas, sin importar el color político, muchas veces unen esfuerzos para impulsar medidas o mayor presupuesto para obras a favor de la región que representan. Para Lima Metropolitana no hemos observado esa misma voluntad o actitud. Se puede afirmar, en ese sentido, que Lima Metropolitana ha carecido de verdaderos representantes.

Por esa razón, con la idea de mejorar la representación congresal, y de introducir una mayor fiscalización y control ciudadano, se debe dividir a Lima Metropolitana en varios distritos electorales. La Comisión de Alto Nivel presidida por Fernando Tuesta, planteó reducir el tamaño de los distritos electorales de modo tal que les correspondiera 5 escaños, así como crear también un distrito electoral para los residentes en el exterior con 2 escaños. Según dicha propuesta, lima metropolitana se dividiría en 7 distritos electorales. Otra opción sería crear cuatro distritos electorales: Lima Sur, Lima Norte, Lima Este y Lima Centro. Los 36 escaños se dividen en función de la población existente en cada uno de ellos.
Asimismo, a fin de mejorar la representación, debe ser una obligación de los congresistas elegidos que instalen lugares o espacios dónde puedan rendir cuentas de sus acciones a los residentes de sus respectivos distritos electorales, así como recoger solicitudes y propuestas. Se debe acabar con la práctica de esperar a qué le toquen las puertas de sus oficinas, en donde además se selecciona a quién atender. Y ya hemos visto con qué criterios se realiza dicha selección, muchas veces guiados por ciertos intereses o grupos económicos de gran influencia. Los congresistas deben bajar al llano, del cuál nunca debieron desvincularse.
Es más, los congresistas que se elijan en enero de 2020 podrían poner en práctica ya estos mecanismos y luego plasmarlos en una Ley.
Estas propuestas deben ser materia de evaluación y debate. Pero, lo que no debe suceder, es seguir manteniendo el sistema vigente. La ciudadanía debe recuperar el control de sus representantes congresales.