Cuestión de confianza por la gestión económica
05/10/2019
Esta semana, el país presenció el desenlace del conflicto de 1,160 días entre los grupos políticos del Ejecutivo y el Legislativo. Ahora, lo importante es lograr un desempeño económico que: (i) capitalice la disminución de la conflictividad; (ii) mitigue los riesgos externos; (iii) supere los resultados alcanzados a la fecha; y, principalmente, (iv) evite un mayor deterioro de los indicadores que afectan a la población.
¿Por qué la economía no ha tenido un mejor desempeño?
1) El entorno internacional. El proteccionismo estadounidense complica sus relaciones con la Unión Europea (cuyo crecimiento enfrenta tasas muy bajas) y China (cuyo crecimiento se reduce significativamente). La economía norteamericana también se afecta por esta posición de Trump, que probablemente no cambiará ante el advenimiento de su campaña reeleccionista de noviembre de 2020.
2) La conflictividad política. El Ejecutivo y el Legislativo han generado un clima de tensión que ha incrementado la incertidumbre y ha contribuido a retrasar las decisiones de inversión tanto privadas como públicas. Si bien la conflictividad disminuirá, la incertidumbre no, pues ahora la preocupación se centrará en la elección congresal de enero de 2020 para conocer si la izquierda prevalecerá y logrará cambiar el capítulo económico de la Constitución que ha generado al país más beneficios que perjuicios.
3) La gestión gubernamental. Superados ya 38 meses de gobierno Kuczinsky – Vizcarra, el país ha tenido 5 gabinetes, 6 ministros de Economía y 8 ministros de Cultura. Ha habido poca articulación al interior de los gabinetes, y más aún entre los ministros que desarrollan los temas económicos (por ejemplo, un ministro de Transporte ocasionó la salida de un ministro de Economía). Y, finalmente, ha habido una ejecución de inversiones de 66% (similar a la de hace diez años) y un avance de 21% en la Reconstrucción (S/ 5,324 millones de S/ 25,655 millones disponibles).
¿Qué le espera a nuestra economía en el sector externo?
El Riesgo País subió 23 puntos (de 93 a 116 puntos) tras la disolución del Congreso, y en las últimas horas bajó 6 puntos (a 110 puntos) en una tendencia positiva que podría mantenerse si se considera el aún bajo nivel de endeudamiento (26% del PBI) y un buen nivel de reservas internacionales (28% del PBI). No obstante, se mantienen bajos los términos de intercambio y el tipo de cambio real, y no terminan de recuperarse las cotizaciones internacionales.
¿Cómo le va a nuestra economía en el sector real?
Tres sectores que tuvieron un crecimiento negativo en el primer semestre y en este segundo han mostrado una recuperación deberían merecer mayor atención del nuevo gabinete: Minería (con una leve mejora y un nuevo ministro) y Pesca y Manufactura (una mejora apreciable y una ministra ratificada).
Asimismo, debería monitorearse que se mantenga el dinamismo de los sectores comercio y servicios, aunque eso depende de la solidez y entusiasmo de los consumidores privados, tanto a nivel individual como corporativo.
Finalmente, Construcción y Agricultura. En 2018, eran lo más parecido a las locomotoras de nuestro crecimiento económico. La Construcción crecía 5,3% en 2018 y este 2019 lo hace a 4,3%, por su dependencia de la inversión pública, cuya tendencia baja y fluctuante debe revertirse en un cuarto trimestre estadísticamente alto. Mientras tanto, en Agricultura, cuya tasa de crecimiento de 2018 (7,8%) se ha desplomado en 2019 (2,7%).
¿Cómo le va a nuestra economía en el crecimiento económico?
1) En el lado externo, Caen más las exportaciones que las importaciones, y se genera un déficit en la balanza comercial, que felizmente puede ser compensada con un superávit en la balanza de capitales.
2) En el lado del consumo, se esperaba que crecieran 4% tanto el privado como el público. No obstante, está haciéndolo a menos de 3%, mientras que el público cae 1%, cuando se debiera esperar un comportamiento anticíclico.
3) En el lado de la inversión, se esperaba que crecieran 8% tanto la privada y 5% la pública. Sin embargo, la inversión privada crecería a la mitad 4% y la pública no crecería.
Finalmente, el crecimiento del PBI, que este año se “volteó”, del pronóstico oficial de 4,2% a la proyección actual de 2,4%. Y esto significará casi 150,000 empleos menos que se crearon y casi 250,000 peruanos que no salieron de la pobreza.