Política y Economía: Elecciones e incertidumbre
01/08/2019
En los últimos dos años, el crecimiento se ha ralentizado a nivel latinoamericano debido a razones financieras (tasas de interés, inflación o depreciación), económicas (demanda interna, inversión privada o pública), sociales (migración, marginación, productividad), comerciales (USA versus China, entre ellos y hacia el mundo) o políticas (corrupción, conflictividad, incertidumbre). En este contexto, hubo elecciones en 2018 y 2019 y la economía no estado inmune a sus efectos.
Norte y Centroamérica
En Costa Rica, en 2018, los favoritos no llegaron a la segunda vuelta de abril, donde finalmente ganó el ex ministro oficialista Carlos Alvarado con 61% de los votos. Luego, pese al acuerdo político, se sintió el efecto del deterioro de los términos de intercambio en 3%, la tensión comercial entre USA y China que influyó negativamente en los mercados financieros internacionales, y la situación nicaragüense que disminuyó el comercio en la subregión centroamericana.
En Cuba, se seleccionó en marzo de 2018 sólo a los candidatos municipales del Partido Comunista para conformar su Asamblea Nacional, la cual en abril eligió a los miembros del Consejo de Estado que fue encabezado por Miguel Díaz-Canel, quien reemplazó a Raúl Castro luego de doce años. Ese año, la economía redujo su crecimiento y sufrió complicaciones por la sequía y el azúcar, los huracanes y el turismo, los servicios médicos y Brasil, y el petróleo y Venezuela.
En México, el largo proceso electoral concluyó en julio de 2018 con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en su tercer intento. A continuación, las restricciones comerciales, las condiciones financieras y la incertidumbre de la política económica generaron resultados menores a los esperados con algunas variables como inflación, depreciación, inversión y crecimiento (con fuertes reducciones en los sectores secundario y primario, mas no terciario).
En El Salvador, en febrero de 2019, se eligió al ex alcalde San Salvador de 37 años, Nayib Bukele, quien ganó las elecciones primarias con 94% y la primera vuelta con el 53% de los votos. Igualmente, la economía se ha visto afectada por las tensiones comerciales globales, las tensiones políticas en Honduras y Nicaragua, la inseguridad, la confianza empresarial y la incertidumbre política.
En Panamá, en mayo de 2019, se eligió a Laurentino Cortizo del Partido Revolucionario Democrático fundado por Omar Torrijos con 33,35% sobre Rómulo Roux (30,99%). En la economía, el crecimiento del 2018 (3,7%), el menor de los últimos años, podría revertirse por encima de 5%, incentivando la inversión en construcción privada y pública, y poniendo atención a los sectores transporte y comunicaciones y agropecuario.
En Guatemala, hubo primera vuelta en junio de 2019, entre la segunda más votada en 2015, la ex primera dama Sandra Torres, y el tres veces candidato Alejandro Giammattei, quienes irán a la segunda vuelta del 11 de agosto. En la economía, hubo una caída de 15% en la confianza empresarial, una desaceleración del crecimiento y una reducción del gasto público, que se suman a la recesión de Nicaragua y el menor crecimiento de toda la subregión.
«Se ha propuesto un proyecto de Ley para resolver el problema político, el cual podría llevarnos a otros caminos: vacancia, renuncia o referéndum. Luego, en este último caso, ingresaríamos a otro camino con primarias, campaña, primera y segunda vuelta, y transferencia de gestión».
Sudamérica
En Paraguay, en agosto de 2018, Mario Abdó (con 46% de los votos) reemplazó a Horacio Cartés, ambos del Partido Colorado (que excepto el período 2008 – 2013 del ex presidente Lugo, lleva 70 años en el poder). Justamente, Efraín Alegre del partido de Lugo obtuvo 43% de los votos y desconoció los resultados. Pese a esta complicación y al debilitamiento de sus socios comerciales (Argentina y Brasil), la economía mejoró por la demanda interna y la inversión.
En Colombia, tras una hegemonía compartida durante 90 años del siglo pasado por los partidos Liberal y Conservador, y otra este siglo entre los ex presidentes Uribe y Santos, en junio de 2018 en segunda vuelta fue elegido el senador Iván Duque. En la economía, hubo incertidumbre política y bajas expectativas de empresarios y consumidores, pero la estabilización del déficit, así como la mejora de las exportaciones y de la inversión, generaron un clima más favorable.
En Brasil, en octubre de 2018, fue elegido en segunda vuelta el diputado Jair Bolsonaro, por encima del candidato del Partido de los Trabajadores de Lula y Rousseff que gobernó tres períodos. Por otro lado, por la incertidumbre electoral, la reducción de la inversión, del gasto público y de la producción industrial, la economía se desaceleró hasta crecer 1,1% al igual que el año anterior.
En Venezuela, en mayo de 2018, se eligió a Nicolás Maduro quien lleva 6 años en el poder, y 20 si sumamos a su antecesor Hugo Chávez. Con dos candidaturas descartadas y dos más retiradas, obtuvo 68% de los votos en una elección con 54% de ausentismo. La economía muestra la mayor inflación y recesión mundial otro año más. Con salarios deprimidos y programas sociales con problemas de financiamiento, la crisis económica se mantiene hasta ahora.
En Uruguay, en octubre de 2019, se elegirá al presidente, teniendo las mayores opciones el Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado, que se reparten el poder los últimos 35 años. Mientras la política uruguaya se mantiene estable y sin complicaciones, la economía oriental se estanca y complica, lo que obliga al gobierno actual a una mejor transición, reduciendo el déficit fiscal e impulsando la inversión para revertir el crecimiento de 0,8% estimado para el 2019.
En Argentina, en octubre, irán por la presidencia quienes sean elegidos en las primarias del 11 de agosto, siendo los principales postulantes el presidente Macri con el senador Pichetto (33%) y el ex premier de Kirchner, Alberto Fernández, con la ex presidenta Cristina Fernández (39%). La economía argentina está estable, pero en crisis: tercera inflación mundial, aún en recesión, devaluación de 140% en 18 meses, un desempleo en dos dígitos y una pobreza de 32%.
En Bolivia, en octubre de 2019, Evo Morales va por su cuarto mandato tras sumar 14 años como presidente. Hoy, lidera las encuestas con 37% frente a 26% del ex presidente Carlos Mesa. En la economía, aunque el ingreso per cápita creció casi 40% aún es bajo (US$ 2,500) y la deuda llega a 45% del PBI, otros indicadores muestran un desempleo de 4,3% o un crecimiento de 4,4% para este año (si llega a 4,5% hay un aguinaldo a los trabajadores públicos y privados).
Perú
La fortaleza de la economía está a prueba. Las tensiones comerciales globales, los riesgos sociales y políticos, y las complicaciones financieras y económicas son cada vez más desafiantes por factores externos y deficiencias internas.
El consumo privado crece menos de lo previsto (3,4%, siendo la proyección de 3,8%) y la inversión privada mucho menos (2,9% en lugar de 7,5%). Por el lado del sector público, el rumbo es similar: el consumo público no crece 4,1%, sino cae 2,5% y la inversión pública no crece 4,5%, sino cae 10,9%.
Asimismo, el crecimiento se ha revisado a la baja (de 4,2% a 3,5%), aunque el actual dato registro anualizado es 2,6%. Para llegar a la meta oficial, debemos crecer 5% cada mes, cifra que pocos creen posible. En caso el crecimiento sea 3,5% se habrá dejado de crear 100,000 empleos y se habrá dejado de sacar a 200,000 peruanos de la pobreza. En caso el crecimiento sea 2,8%, los empleos que se dejarían de crear subirían a 200,000 y los peruanos que seguirían en situación de pobreza serían 400,000.
En este contexto, se ha propuesto un proyecto de Ley para resolver el problema político, el cual podría llevarnos a otros caminos: vacancia, renuncia o referéndum. Luego, en este último caso, ingresaríamos a otro camino con primarias, campaña, primera y segunda vuelta, y transferencia de gestión.
Lecciones anteriores
1) Certidumbre. Con incertidumbre política, pierden el país y la población.
2) Armonía. La conflictividad política agrava las complicaciones económicas.
3) Compromiso. La inversión privada no debe caer. Claro y directo.
4) Eficiencia. La gestión pública debe ser mejorada.
5) Liderazgo. Para motivar al empresariado, para mejorar la gestión del estado y para impulsar la demanda interna.
La coyuntura actual exige un manejo fino de lo político y económico. No debemos agravar las complicaciones y menos aún prolongar demasiado sus impactos.