¿Cómo “atravesar” la burocracia post Lava Jato?
En un artículo anterior identificamos la cultura burocrática como uno de los determinantes del bajo desempeño de las agencias públicas. El temor a procesos administrativos, civiles y penales post Lava Jato ha exacerbado los elementos negativos de este tipo de cultura paralizando en la práctica muchas organizaciones. ¿Cómo hacemos para retomar el impulso a los proyectos e inversiones?
La Cultura “Burocrática”
Existen instituciones motivadas por el desempeño y por la creación de valor público. Tienen sentido de urgencia, están orientadas al ciudadano, se adaptan al entorno y buscan obtener resultados. Son instituciones con cultura de desempeño.
Sin embargo, hay otras -tal vez la mayoría- conservadoras y formales, centradas en su propia estabilidad y sin preocupación por el resultado final para el ciudadano. En estas organizaciones, con cultura “burocrática”, los funcionarios no asumen riesgos, “pimponean” los problemas, mantienen invariable la forma de hacer las cosas y, en tanto puedan conservar sus puestos, prestan poca atención al ciudadano, a los administrados, y a los demás involucrados.
La teoría organizacional dice que una cultura fuerte potencia el desempeño. Si es fuerte y adaptativa permitirá un desempeño superior sostenido. Si es fuerte y burocrática tenemos garantizada la carencia total de efectividad.
El temor a las sanciones y procesos
Nadie está interesado en perder el trabajo, ser enjuiciado, o ir a la cárcel, por las decisiones que toma como funcionario. Y el temor a veces fundado a que esto suceda se ha incrementado post Lava Jato fortaleciendo la cultura burocrática.
El resultado es la profusión de informes, vistos y firmas para cada procedimiento y cada decisión administrativa (previsión que no garantiza indemnidad al que finalmente la toma); la complicación y burocratización de los procesos, el retraso o el no pronunciamiento en el otorgamiento de licencias y autorizaciones, el sometimiento al fuero judicial o arbitral de las controversias… En resumen, un camino tortuoso para la interacción público-privada en los tres niveles de gobierno y particularmente en lo relacionado con proyectos e inversiones… ¿Qué hacemos?
“Atravesar” la burocracia
Michael Barzelay acuñó este término para dar título a un libro que publicó hace 30 años. El libro buscaba crear conciencia sobre la importancia de que el servicio público deje de centrarse en sus propias necesidades y perspectivas y se oriente al “cliente”, es decir al ciudadano. Hoy, nuevamente, tenemos organizaciones centradas en sus propias necesidades… y temores.
El escenario y contexto son diferentes pero la idea es la misma. Debemos hacer varias cosas para atravesar la burocracia y hay temas de corto y de mediano plazo:
1. Liderazgo a nivel de Gobierno
La alta dirección del Gobierno debe retomar el liderazgo explícito para impulsar los proyectos de inversión asignándoles un lugar prioritario en la agenda pública. Si los funcionarios que toman las decisiones o emiten las autorizaciones sienten que acelerar los proyectos no hace diferencia o no es importante continuarán actuando conservadoramente.
2. Liderazgo a nivel de organizaciones
Solo el cambio de líder puede modificar la cultura organizacional burocrática y timorata. Entonces, se requerirán cambios de personas en algunas organizaciones, para instaurar un liderazgo participativo, por valores y orientado al logro de resultados para el ciudadano.
3. Incentivos adecuados
El desempeño público debe tener consecuencias. Superar las metas debe ser reconocido y retribuido. Y no alcanzarlas reiteradamente debe constituir, a todo nivel, una razón automática para la pérdida del puesto.
4. Predictibilidad en las acciones de control
Ningún funcionario que no haya cometido actos de corrupción o negligencia dolosa debería temer ser denunciado penalmente. Los sistemas de control deben incluir mecanismos específicos para evitar la selección adversa. De lo contrario los mejores funcionarios continuarán abandonando el Estado y será cada vez más difícil captar nuevos cuadros.
5. Innovación en la lucha contra la corrupción
Se requiere mucha innovación y creatividad en la lucha contra la corrupción, para tener respuestas más efectivas que burocratizar y complicar los procesos, medida que no tiene ningún efecto positivo y muchas externalidades negativas.
Esto implica, por ejemplo, instaurar procedimientos menos vulnerables para las licitaciones y autorizaciones y diseñar y poner en marcha un sistema de inteligencia anticorrupción. Sugerencias para estos temas serán planteadas en los próximos artículos.
Post Lava Jato, necesitamos reimpulsar con urgencia los proyectos privados, públicos y público-privados de inversión. Aprovechemos esta coyuntura para empezar a cambiar la cultura pública burocrática. Requerimos para ello: liderazgo, incentivos adecuados, predictibilidad e innovación en la lucha anticorrupción.